4/02/2007

Además, ¡Nos mienten! por Malú Kikuchi

Dice el Preámbulo de la Constitución de la Nación Argentina: “[…] con el objeto de constituir la unión nacional, afianzar la justicia, consolidar la paz interior…” El 25 de mayo 2003, el Presidente Néstor Kirchner juró sobre los Evangelios, cumplir y hacer cumplir la Constitución, agregando que: “si así no lo hiciera, que Dios y la Patria me lo demanden”. Empecemos a demandar, que Dios está demasiado ocupado.


La seguridad de las personas y de los bienes materiales constituye un deber primordial e indelegable del Estado Nacional. En Argentina, el Estado, que debiera estar conformado por los tres poderes en igualdad de condiciones, se ha reducido a uno, el Poder Ejecutivo.


Desde el principio de su gobierno (junio 2003), por cadena nacional, el Presidente, en su carácter de cabeza del Ejecutivo, le ordenó al Poder Legislativo que avanzara sobre el Poder Judicial. En un solo acto, arrasó con el principio básico de la República: la división de poderes. Desde entonces, no somos República.


Al no ser una República, ante cualquier problema, debemos apelar al Presidente, único referente y responsable de todo aquello que pase. El Poder Legislativo no nos representa, se ha convertido en la escribanía mayor del Ejecutivo (la mayoría oficialista, no las minorías), y del Poder Judicial, en gran medida, se ha ausentado la Justicia.



La seguridad o la inseguridad dependen de una decisión política. Esa decisión política depende del Presidente de la Nación y de la educación abolicionista en materia penal, impartida desde las facultades de derecho públicas. El Presidente no cumple con aquello que juró cumplir y hacer cumplir. La Argentina tiene hoy uno de los mayores índices de inseguridad de los países llamados “civilizados”.


Hay asaltos, asesinatos, violaciones, arrebatos, salideras, desapariciones, ¿dónde está J. J López, qué pasó con J. J López? Ya pasaron 6 meses y medio (18/09/06), y no se sabe nada. Y estamos en democracia. ¿Estamos?
Secuestros express y de los otros, robos en las villas, robos en los countries, robos en barrios cerrados, en barrios “paquetes” y de clase media, robos en barrios pobres; piratas del asfalto, desarmaderos, drogas de todo tipo y al alcance de cualquiera. Ancianos masacrados por unos pesos. Este es el panorama del país al día de hoy.


Hay que sumar la inseguridad en las rutas por falta de infraestructura y de educación vial (esta última tiene una ley de larga data que no se cumple), robo en cadena en la Panamericana (que sí sucedió) y la inseguridad en los vuelos sin radar y ¡sin radio! ¡En 2007! En política, el Presidente nos retrotrae a los 70; en materia seguridad sin escalas, nos lleva a la edad media.



La respuesta del Estado a este estado de cosas es: quitarle autoridad a la policía y atarla de pies y manos; mantener en los espacios que deben velar por la seguridad a personas que no saben, o no pueden, o no quieren hacerse cargo de la misma. Y que además, ¡NOS MIENTEN!


De acuerdo al diccionario, mentira quiere decir: expresión o manifestación contraria a lo que se sabe, se cree o se piensa. A las personas que dicen una mentira se los llama mentirosos. Y la mentira dura, mientras llega la verdad.



Según el ministro del Interior, Aníbal Fernández, “la inseguridad es una sensación” que tiene la gente. Por favor, avísenle a los muertos, las violadas, los secuestrados y robados: no ha sido real lo que les pasó, sólo “una sensación”, en algunos casos una “sensación” mortal, en todos los casos, una sensación terrible y dolorosa. Del ministro del Interior depende la seguridad interna. ¡Esa dependencia sí que es “una sensación” y sólo una “sensación”! El Ministro no cumple con su deber de funcionario público.



Tanto el gobernador Solá como su imposible ministro de Seguridad, Arslanián, sostienen que el robo de la Panamericana, 11 autos, domingo 25/03, entre el peaje y la bifurcación Pilar/Campana, alrededor de las 19hs, no ocurrió.



Dijo Solá: “Yo como gobernador, a las 72 horas de ESO, quiero decirles que ESO no ocurrió”. Ni siquiera le puede poner nombre al atraco en la Panamericana. Lo califica y describe como ESO. Y lo niega. Pero ocurrió; así lo asevera Nélida Niedzielko, a la que, según Solá, inexistentes ladrones le gatillaron una inexistente pistola (que no funcionó) durante un inexistente ESO en la autopista.


El Gobernador, ¿está mal informado o miente? En cualquiera de los casos, el Gobernador no cumple con su deber de funcionario público.


Dijo Arslanian después de descalificar a Blumberg y acusar a TELAM (¿¿¿???): “han montado una operación política con los robos a los countries y barrios cerrados”. Avísenle a los damnificados, se van a sentir más tranquilos al saber que sus pérdidas materiales y el terror que sufrieron se debió, no a la inseguridad reinante, sino a una operación política.



¿Quién, fuera del Estado (Nacional o Provincial) tiene el poder de montar una operación política? Y si de verdad existiera ese poder paralelo, ¿qué hacen el Estado Nacional y el Provincial que no lo reducen y mandan a las personas que lo componen a juicio?



El ministro Arslanian, tanto si son ciertos los robos (lo son), o son sólo una operación política (que tiene la obligación de desenmascarar), no cumple con su deber de funcionario público.



El Presidente no se acuerda, no habla, no nombra el tema seguridad. ¿Por qué? Si el Presidente piensa que defender a los delincuentes es marquetinero electoralmente, habría que aclararle que los ciudadanos de bien, los que trabajan y pagan sus impuestos (con los que mantienen a este ineficiente Estado), son más.


Hay más argentinos de bien que delincuentes. No es una buena política defender a los malos, que son menos, de los buenos, que son más. Además, su deber, como funcionario público es defender a los que no delinquen de aquellos que sí lo hacen.



Los abolicionistas (no son garantistas) en las facultades de derecho públicas de Argentina, vienen enseñando que la sociedad injusta y no equitativa, es responsable de la delincuencia.



No es cierto. Ellos también mienten. La mayoría de los pobres son decentes y sufren la delincuencia en mayor proporción que las clases acomodadas, que tienen más medios para defenderse. La sociedad no es responsable del delito.


Pero la sociedad sí es responsable de aquello que elige. Piense en la inseguridad, piense cómo la niegan, piense cómo nos mienten. Porque además de todo lo demás, que es mucho, demasiado; ¡nos mienten!

El 28 de octubre, “vote en defensa propia”.


Nota: “Vote en defensa propia” es una frase de Julio Cirino.


Gentileza en exclusiva de www.lacajadepandoraonline.com para NOTIAR

1 Comments:

At 10:52 p. m., Blogger Matilde said...

Querida Malú: Con respecto a tu comentario de " y la mentira " parece que el Mandamiento." No mentiras " es asignatura pendiente de estos infelices. Te queremos mucho, gracias por todo . Matilde y Enrique.

 

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