4/23/2007

ARGENTINA: Vivir en peligro. Por Malú Kikuchi

El simple y milagroso hecho de vivir, implica en si, un peligro. La vida es frágil, está sujeta a accidentes y tiene un fin inevitable.


Hay países en los que vivir es más peligroso que en otros. Hay países en guerra, hay países con culturas que no respetan la vida y está … La Argentina. Cualquier habitante del país sabe, en la mayoría de los casos por experiencia, que vivir acá, es peligroso.


Unos días después del terrible asesinato del maestro Carlos Fuentealba, el Presidente, detrás de su atril en la Rosada, descalificando cualquier tipo de represión (aún las constitucionales), dijo: “Yo amo la vida, quiero la vida de todos.” ¡Bien! ¿Y qué hace al respecto?



En Argentina, hay peligro si se viaja en tren. La vida de los pasajeros, peligra. Pueden ser arrojados de los vagones a las vías después de ser robados, pueden chocar las formaciones por mal manejo de las mismas y hasta se pueden incendiar (San Fernando, 20/04/07, TBA). Todo ello implica peligro de muerte para los usuarios. ¿Qué hacen las autoridades?



En Argentina, hay peligro si se usa cualquier transporte que pertenezca a las FFAA, por falta de mantenimiento. A los mortales accidentes sufridos por aviones del ejército, ahora se le suma el incendio del rompehielos Almirante Irízar. Para mantener pertenencias de las FFAA (que forman parte del Estado Nacional), nunca hay plata. Aunque implique peligro de muerte para aquellos que las utilizan. Pero las autoridades se niegan a otorgar las partidas necesarias.


En Argentina, hay peligro si se es viejo, no por el hecho de serlo, sino por el estado de absoluta indefensión en que se encuentran. Si consiguen sobrevivir a sus misérrimas jubilaciones, siempre están expuestos a ser heridos y hasta asesinados por unos pocos pesos. Las fuerzas de seguridad se ocupan de otras cosas, ¿de qué? Lo que implica peligro de muerte para los abuelos.


En Argentina, hay peligro si se quiere llegar a algún lugar. Hay que sortear el piquete de cada día, que corta rutas, puentes y calles, impidiendo el paso (constituye un delito), con el pretexto “de peticionar a las autoridades”, lo que es constitucional. Pero también es constitucional la “libertad de transitar”, ambos derechos garantizados por el artículo 14 de la CN. Ahora también dificultan el tránsito, … ¡para agradecer! Todo, ante la mirada distraída de la policía.


En Argentina, hay peligro en cualquier lugar y en cualquier momento. Asaltos, secuestros, asesinatos, salideras, arrebatos, robos, violaciones, hurtos, todos los delitos tipificados en el código penal son dueños del espacio. Desde el poder no se hace nada para impedirlo; porque los abolicionistas manejan la justicia. Todo lo cual implica peligro de muerte para los habitantes.


En Argentina, hay peligro de no tener suficiente energía, ni para las industrias ni para las viviendas. Por falta de inversión en el área, al haber congelado las tarifas (populismo barato que con el tiempo cuesta carísimo), se corre el riesgo de apagones constantes, para beneficio de los delincuentes y se corre el riesgo de que falte gas. La provisión de gas depende de las internas de la política boliviana. Lo que implica peligro de todo tipo, para todos. Es el resultado de una pésima política energética.


En Argentina, hay peligro en los hospitales que carecen de lo esencial. Los pacientes deben hacer colas interminables desde las 4 de la mañana para sacar un número que les promete, si no hace huelga algún gremio atinente a la salud, atención para dentro de 20 días, o más. Lo que implica peligro de muerte para los pacientes.


En Argentina, hay peligro de derrumbes por falta de mantenimiento en las escuelas, cuando hay clases; lo que no sucede muy a menudo. Lo que implica peligro de una muy conveniente falta de conocimientos para los estudiantes de hoy y votantes de mañana. ¿Responderán la emergencia sanitaria y la emergencia educacional a una no explicitada política de estado?


En Argentina, hay peligro si se viaja en avión. No hay radares, a veces no hay radio, todo es manual, como en los tiempos de Jorge Newbery; pero estamos en 2007. Hay peligro vial, tanto que mueren en accidentes perfectamente evitables ¡21 personas por día! No se cumplen leyes que existen y la infraestructura es muy deficiente. Lo cual implica peligro de muerte para aquellos que viajan. Todo, responsabilidad del Estado.


En Argentina, hay peligro en los geriátricos y en los boliches bailables. Se incendian con demasiada facilidad. Los geriátricos sin habilitación, que funcionan a vista y paciencia de los funcionarios, se incendian y mueren ancianos. Se incendia también Cromagnon y mueren 194 personas, la mayoría jóvenes. Hay que reconocer que el peligro en Argentina no distingue edades, ataca de la misma manera mortal a los dos extremos de la vida. ¿Qué hacen las autoridades competentes al respecto?


En Argentina, hay peligro de inflación, es más, la dibujen como la dibujen, ya está instalada. Hay peligro para aquellos que investigan al gobierno, jueces o periodistas. Son amenazados, espiados, apretados. En Argentina hay peligro para los camaristas que no actúan de acuerdo a los deseos del Ejecutivo. En Argentina, hay peligro en el fútbol, ir a una cancha es un desafío a la posible violencia, que nunca se evita. En Argentina hay peligro porque se han roto todas las reglas de todos los juegos. El gobierno da el ejemplo.


En Argentina, hay peligro si llueve; no sabemos si el país se inunda o se hunde. Los gobiernos no han tomado las medidas necesarias para prevenir. En la ciudad de Santa Fe no se habían contratado las bombas de achique. En la ciudad de Buenos Aires ¡se inundan los subterráneos! Los responsables miran siempre hacia otro lado.


Dice el Presidente: “Yo amo la vida, quiero la vida de todos”.


¿Sabe el Presidente, que vive rodeado de custodios, lo que es la inseguridad que sobreviven los habitantes?


¿Sabe el Presidente que sube a aviones y helicópteros seguros, lo que es viajar en un tren o en un colectivo en horas pico? ¿Sabe el Presidente lo que es ir a un banco local a sacar una magra jubilación, atisbando sobre el hombro si hay delincuentes esperándolo?


¿Sabe el Presidente, que manda a su hija a un colegio privado, lo que es esperar que haya clases para que los hijos no sean analfabetos? ¿Sabe el Presidente, que tiene médico privado, lo que es estar enfermo y tener que esperar para ser atendido en un hospital carente de todo?


El Presidente que “ama la vida, quiere la vida de todos”, lleva demasiados años como Intendente (1987/1991), como Gobernador (1991/1994/1998), y ahora, como Presidente (2003). 20 años en total. Un día, sólo un día, 24 horas viviendo como un habitante más, sin privilegios, le enseñaría que La Argentina, el país que gobierna autocráticamente, es sinónimo de vivir en peligro.


Es tierno que el Presidente “quiera la vida de todos”. Sería importante que asumiera que es imprescindible, además de ser su obligación, DEFENDER la vida de todos. No lo está haciendo.


Gentileza en exclusiva de www.lacajadepandoraonline.com para NOTIAR

2 Comments:

At 5:43 p. m., Anonymous Anónimo said...

Coincido en demasía.
Quisiera agregar que, a mi parecer, le faltan comillas a la palabra «competentes», que figura en el último renglón del 13º párrafo.
Lamento si contestaron mi anterior comentario por la radio, ya que no tuve opción de sintonizarla (ni por internet).
Mis cordiales saludos

 
At 11:54 p. m., Anonymous Anónimo said...

Coincido plenamente con lo que ha dicho Malú.
Podría agregar que el desprecio por la vida por parte de quien nos preside es total.
Desprecia la vida que hoy cuidamos todos, y además la vida por nacer promoviendo el ABORTO.
Es lamentable lo que está ocurriendo, Dios quiera que votemos muy bien en octubre recordando los valores que nos enseñaron nuestros padres. Esye gobierno carece de valores que enaltecen a un ser humano.
Cordiales saludos,

 

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