10/08/2007

El Imperio que no fue, por Malú Kikuchi

Cuando André Malraux (escritor francés, 1901/1976) descubrió Buenos Aires, asombrado, la catalogó como “la capital de un imperio … un imperio que no fue”.


Quizás, esa sea la explicación que los argentinos nos debemos: no somos aquello que creemos merecer, no somos el imperio que nos prometieron, no estamos en el primer mundo, ni siquiera somos un país serio. Desde la escuela, desde los medios, desde la política, desde las tradiciones familiares, nos han enseñado que “la Argentina está condenada al éxito”. Pero la condena no llega.



Argentina tiene los 4 climas. Argentina tiene montañas altísimas y desiertos y la milagrosa pampa húmeda. Tiene el río más ancho del mundo. Tiene salinas y playas; nieve, cataratas famosas y glaciares, aún más famosos. Argentina tiene una capital imperial. Es lo que nos enseñaron, y es cierto. Pero…


Argentina no tiene problemas raciales. Argentina no tiene problemas religiosos. Argentina cultural, deslumbra: teatros, conferencias, conciertos, recitales, feria del libro, premios Nóbel, grandes artistas y científicos de renombre. “Dios es Argentino”, y “con una buena cosecha nos salvamos”. Sin olvidar, “Argentina potencia”


Argentina tuvo la clase media más desarrollada de América Latina. Argentina tuvo menos analfabetos, menor mortalidad infantil, mejores universidades y mayor desarrollo económico que el resto de América Latina. Tuvo. Pasado. Fue.


Argentina, “el granero del mundo”. Argentina y “la diosa soja”. El planeta requiere nuestros productos; podemos alimentar a 300 millones de personas, pero hay compatriotas que mueren de desnutrición. La carne argentina es conocida en todas partes por su calidad, pero el Uruguay exporta más carne que nosotros. Argentina es el eterno país de un futuro venturoso, que no llega.


Pero Argentina, fue. Fue una nación grande, rica, respetada. Fue el refugio soñado de miles de personas a las que les dio la oportunidad que no tuvieron en sus lugares de origen. Personas que pudieron crecer en Argentina y a su vez, la hicieron crecer. Los nietos de esas personas, se van. Rescatan la nacionalidad de los abuelos y consiguen pasaportes extranjeros, y se van. Porque Argentina, era. ¡Lástima el “era”!


Un día Argentina empezó a perder el rumbo, fue cuando dejó de lado el cumplimiento estricto de la Constitución Nacional. Al principio, de a poco, y luego con prisa, empezó a desbarrancarse. No hablamos de un problema económico, el tema es visceral y profundo; la crisis argentina es moral.


A lo largo de esta interminable crisis, hemos perdido las instituciones de la República, el estado de derecho, las garantías individuales y el sentido de lo que está bien y de lo que está mal. Lo terrible es que parece que no nos importa.


Cuando Benedicto XVI dice que el pecado mayor de este siglo, es el relativismo moral, parece que hablara de Argentina. Todo vale, todo es igual. Hay que ser vivo, las leyes, normas y reglas están para ser eludidas; el éxito se mide en $, la mentira se considera verdad y la impunidad es una constante. El delincuente está mejor protegido que el ciudadano que paga impuestos. La historia se tergiversa. Correcto es lo que sirve, incorrecto es lo que no da réditos.



Sólo 3 casos muy recientes. Ezeiza, jueves 4 de octubre. Operarios de INTERCARGO descargan de un avión, contenedores con dólares de la Reserva Federal para el Banco Central. Alguien roba un paquete con US$ 80.000. El hecho es descubierto por la Aduana. Hasta acá, un delito serio, pero sólo un delito.

Interviene un juez. Lo que sigue, es inverosímil.


Con una orden de allanamiento se revisan 50 casilleros de otros tantos empleados de INTERCARGO. Estos hacen huelga en señal de protesta. Se encuentran en los casilleros, joyas, perfumes, cámaras digitales, filmadoras y relojes, todos objetos robados. Una auténtica mafia corporativa que en defensa de sus delitos se da el lujo de paralizar un aeropuerto internacional. Nadie, salvo los pasajeros, protesta. Como si todo estuviera dentro de la más absoluta normalidad.



El INDEC asevera que el índice de inflación del mes de septiembre es del 0,8%. Mediciones privadas duplican el índice. Las amas de casa, lo triplican. Dice el Presidente Kirchner (Casa Rosada, 5/10), “Acá, en la Argentina, para que ustedes lo tengan claro, el índice está perfecto”. La aclaración oscurece la realidad.

Impunidad desde el atril. Nadie pregunta. Nadie contesta. Sin comentarios.


Cristina Fernández de Kirchner, está en campaña electoral. Más en el exterior que acá. Aviones alquilados, hoteles fabulosos, numerosas comitivas, entrevistas con figuras relevantes, que consiguen los diplomáticos argentinos.

Nada de esto está al alcance de los candidatos de la oposición.
Ante una denuncia por supuesto uso indebido de fondos del Estado en la campaña electoral, Alberto Fernández, Jefe de Gabinete de Ministros, contesta: “Es inescindible” (¡qué manía tienen de inventar palabras!) la condición de primera dama y la de candidata; eso explica el empleo de recursos públicos. ¿¿¿???, ¡¡¡!!! Una vez más, sin comentarios.


No es lo que algunos hacen o dicen, lo inverosímil es la falta de reacción por parte de los demás. Y los demás, somos nosotros. Quizás la brecha entre aquello que nos dijeron que éramos y la realidad, es tan, pero tan grande, que sufrimos una frustración colectiva. El tema es que somos nosotros los responsables de la frustración.


Y esa frustración nos convierte en apáticos desinteresados de la cosa pública, en tolerantes con aquello que no se debe tolerar. Nos acostumbramos a lo que sea y estamos dispuestos a acostumbrarnos a lo que venga. El resultado es fatal. Las sociedades tienen los gobiernos que se merecen y se les parecen.


No es necesario ser un imperio, ni es imprescindible ser los mejores del mundo. Bastaría con volver a ser un país previsible, un país respetuoso y respetable, un país defensor de las leyes, un país creíble y amistoso con los demás países. Una nación unida, con un pueblo feliz. Un pueblo sin asignaturas pendientes.


De nosotros depende. Si nos asumimos ciudadanos plenos, si nos disponemos a defender nuestros inalienables derechos y estamos dispuestos a cumplir con todas nuestras obligaciones, entonces si, el futuro es nuestro.


El 28 de octubre se acerca. La decisión es nuestra. Recuperemos la Argentina que fue.

Gentileza en exclusiva de www.lacajadepandoraonline.com para NOTIAR

1 Comments:

At 9:29 p. m., Blogger Lic. Scolaro said...

TRANSPARENCIAS

Señor Director:

Ya es costumbre -de la administración Kirchner- la política de esconder bajo la alfombra toda cuestión que se refiera a corruptelas.

Seguimos siendo uno de los países con mayor nivel de corrupción en el universo, según un informe de la organización Transparencia Internacional. Sobre casi 180 computados, figuramos en el "cómodo" 105 y en zona de "descenso".

En América Latina no alcanzamos los tres puntos sobre un nivel de diez (la excelencia); lo que en la jerga nos ubica como aplazados dentro de la calidad institucional que pregona la candidata oficial, que parece vivir en otro lugar.

Estos índices, que tienen sustento en otras organizaciones similares, marcan el riesgo con que se ve nuestra Nación, especialmente para inversores.

La acumulación de poder, Constitución ignorada, gestión pública dudosa, organismos de control manejados a "gusto" y conveniencia, "versos desde atriles" a contramano de los hechos, informalidad, alaridos para la "tribuna", etc. nos han llevado a este nivel de corrupción registrado y que se logró con el estilo "tero" ( discurso por un lado y acción por el otro).

Quienes nos gobiernan, deben pensar que se trata de meras percepciones de este organismo, que se nutre de opiniones de expertos y de realidades que todos conocemos (Bolsitas de billetes en baños, valijas de paseo, cometas, medio ambiente,dibujos del Indec, etc.).

La senadora impostada en Buenos Aires -hoy candidata a Presidente- se cansó de exponer que "sólo desde la coherencia, sólo desde el respeto a las propias convicciones se puede respetar las de los demás por una cuestión básica: quien no se respeta a sí mismo, poco puede respetar a los demás."

Le faltó decir que no nos respetan porque no tenemos una administración sana y pregonamos una argentina "seria", que suena en el mundo (que ella recorre en tours) como humorada y líder de incoherencias.

Los argentinos aprenderemos a respetarnos con la mejor herramienta: EL VOTO

Saludos
Lic. Francisco Scolaro
www.scolaro.blogspot.com

 

Publicar un comentario

<< Home