10/15/2007

Todo es posible, por Malú Kikuchi

No se asuste. No deje que lo corran con las encuestas. No crea en lo que le cuentan los medios. Nada se ha perdido; todavía, todo es posible.


El 28 de octubre, faltan pocos días, la ciudadanía DECIDE a quien quiere como presidente para los próximos 4 años. Los ciudadanos, las personas, nosotros, somos los que DECIDIMOS con el voto elegir a un determinado candidato. Nosotros. No deciden las tapas de los diarios ni las encuestas.


Hace algunas semanas, el diario La Nación publicó como nota principal del día domingo, una encuesta de Poliarquía. La encuesta en cuestión, daba a la candidata del oficialismo como ganadora absoluta en primera vuelta.


Ayer (14/10/07), Perfil le dedica la única nota política de tapa a 4 encuestas que reflejan el “inevitable” triunfo, en primera vuelta, de la candidata del Frente para la Victoria. Carlos Fara y Asociados le da 46,4%; Ricardo Rouvier, 44,2%, ambos con proyección de indecisos. Mientras que Opinión Autenticada le da 36,8% y Universidad Abierta Interamericana le da 37,2%, ambas, sin proyección de indecisos.



Hay canales de noticias que se han creado nada más que para apoyar la candidatura de la mujer del Presidente. Desde la televisión, los noticieros y la mayoría de los periodistas políticos (salvo honrosísimas y escasísimas excepciones), abruman con el sonsonete de “gana en primera vuelta”, “no hay balotaje”, “la diferencia, entre la candidata oficial y el resto, es abrumadora”. En las radios, pasa lo mismo.


La publicidad gráfica callejera le pertenece mayoritariamente a la candidata oficial. Los medios económicos de que dispone, los pone a su disposición, nada menos que el gobierno nacional. Traduciendo al argentino básico, nosotros le pagamos la publicidad. Una publicidad cara. Por cada afiche de un candidato opositor, hay 4 de Cristina.



La campaña de la candidata oficial es onerosa (helicópteros y aviones del Estado), y la pagamos los ciudadanos, [ya que la personalidad de la candidata y de la primera dama es “inescindible”], según Alberto Fernández. Las demás candidaturas corren por cuenta de los candidatos. Anticonstitucional e injusto.


El centimetraje en los medios gráficos a favor de la candidata oficial y en detrimento de los demás contendientes, ofenden la ética y el buen gusto.
El mensaje es claro: “ya ganó Cristina, la elección casi no tiene sentido”.


No es verdad. No ganó. No crea nada de lo que le dicen. Mienten. Son cantos de sirena. Votar positivamente, siempre tiene sentido. Usted sabe que los medios viven de las pautas oficiales. Usted sabe que las encuestas se “equivocan” mucho. Y Usted sabe que los periodistas de algo tienen que vivir. El gobierno mete miedo, presiona y no hay nada en el manual del periodista (salvo la ética) que obligue a ser valiente. Piénselo. Deténgase un minuto, y piense.



¿Usted conoce a alguien que la va a votar? ¿Usted conoce a alguien que a su vez conozca a alguien que la va a votar? Lo más probable es que conteste que no. Y Usted vive en la misma Argentina que encuestan los encuestadores ¿Es factible que el 60%, o casi el 60% de los votos, según las encuestas, no pueda más que el 40%, si es que llega? Póngase una mano en el corazón y conteste: ¿de verdad cree que ya ganó? No, Usted no lo cree. Y no lo cree porque no es verdad.


Como no lo cree, como sabe que no es cierto, debe ponerse a trabajar para conseguir que el balotaje sea una realidad. Todo lo que tiene que hacer es convencer a una persona y que esa persona se comprometa a convencer a otra y esa otra, a otra. La invencible fuerza del uno, más uno, más uno. Los individuos sumados de a uno, son multitud. Los ciudadanos multitudinariamente decididos a cambiar con el voto la historia de una nación, lo hacen posible.


El 19 de julio de 1979, cayó Anastasio Somoza, dictador hereditario (no hay nada nuevo bajo el sol, decían los griegos) de Nicaragua. La triunfante revolución, a sangre y fuego llevó a la presidencia del país al Comandante Daniel Ortega. Después de 11 años terribles, 11 años de poder absoluto, finalmente, el pueblo nicaragüense pudo votar.


Fue un hecho de trascendencia universal. Encuestadores de todas las latitudes fueron a estudiar el proceso nicaragüense. Enfrentando al todopoderoso Ortega, una mujer. Una mujer cuyo mérito principal consistía en ser la viuda de un periodista/político asesinado en 1978, Pedro Joaquín Chamorro. Compitiendo con el Comandante Ortega, dueño del poder, estaba Violeta Barrios, viuda de Chamorro, ama de casa y madre de familia.


Todas las encuestas, las de los EEUU, las europeas, las de América Latina, ni que hablar de las nicaragüenses, daban por triunfador, lejos, a Daniel Ortega. Sin embargo, hubo una excepción. Felipe Noguera, argentino, por ese entonces socio de Mora y Araujo, dijo, ante la burla del resto del mundo: “gana Violeta Chamorro”.


Felipe Noguera tuvo razón. El resto del mundo se equivocó. Para asombro internacional, Violeta Barrios de Chamorro ganó la presidencia de Nicaragua en 1990. Compitió contra el poder omnímodo del entonces dictador Ortega.


Representaba a un muerto. Ningún medio, ningún encuestador, creyeron en ella. Se equivocaron. Violeta Chamorro fue presidente.


Hasta el 28 de octubre, todo es posible. Hay que votar en positivo, ofrecerse para fiscalizar la elección y evitar las trampas. Controlar el recuento de votos.


Recién después, no antes de votar y contar los votos, se sabrá quién ganó y quien perdió.

Según el diccionario, posible quiere decir: “que puede ser o suceder”. Recuerde, no basta con “hacer lo posible”, tenemos que “hacerlo posible”. De nosotros, depende.


Gentileza en exclusiva de www.lacajadepandoraonline.com para NOTIAR