El pasado tiene fecha de vencimiento. Por Malú Kikuchi

Los artículos perecederos traen impresa la fecha de vencimiento. Se sabe que la leche o el yogur vencen en determinada fecha, después de la cual no es saludable consumir el producto en cuestión. En los países civilizados sucede lo mismo con las excusas políticas. Todas las excusas en política, para justificar cualquier hecho, tienen fecha de vencimiento. Acá, no.

En Argentina, políticamente hablando, las excusas son, desde y para siempre. Sistema curioso que ha permitido que los problemas tiendan a no solucionarse nunca, ya que las excusas de ayer sirven también para mañana.


Es un clásico argentino que los gobiernos le echen la culpa de todo lo malo que sucede al gobierno anterior. Y todas las administraciones se hacen cargo del Estado “en medio de la mayor crisis conocida de la historia”. A veces, es cierto.



Alfonsín heredó un país que salía de una sucia guerra civil y venía de rendirse ante el Reino Unido. Menem heredó una feroz hiperinflación que destruyó los cimientos de la Nación. A De la Rúa le estalló la desconfianza externa, el excesivo gasto público y la imposibilidad argentina de honrar sus compromisos.


Duhalde fogoneó el incendio para recibirse después de bombero. La crisis de 2002 fue inédita y letal.



Sin embargo, Kirchner recibió un país en mejores condiciones que los presidentes anteriores. Pero el actual Presidente decidió vivir del y en el pasado.



Todo lo malo que le sucede al país, todo lo fallado, toda la desigualdad, toda la falta de desarrollo en cualquier área, todo, absolutamente todo, es culpa de los 90. O sea, es culpa de Menem.



El mismo Menem que estuvo presente en 7 boletas partidarias, de 7 elecciones sucesivas, compartiéndolas con el actual Presidente Kirchner, como candidato a intendente de Río Gallegos, luego a gobernador de Santa Cruz y finalmente a constituyente en el 94.



El mismo Menem que fue declarado (en otros tiempos) por el Presidente Kirchner como “el más grande presidente argentino” o “lo mejor que le sucedió a la Patagonia desde Sebastián El Cano”, ese Menem, es culpable de todos los pesares de todos los argentinos.



Eso decía el Presidente Kirchner allá por mayo de 2003, cuando asumía. Luego, para desprenderse de su padrino y hacedor presidencial, Duhalde, también lo culpó de algunas cosas. Ahora, en junio de 2007, ¿a quien puede culpar?
Esta administración cumplió un mandato constitucional completo de 4 años.


Mandato cumplido; este es tiempo de descuento, ya que inexplicablemente, se le regalan al actual Presidente más de 6 meses en el cargo. Asumió el 25/05/03 y termina oficialmente el 10/12/07. De lo que no se hizo y de lo que se hizo mal, ¿a quien se puede culpar?



En los 90 hubo corrupción, en tiempos de la Alianza, también. Los dineros de Santa Cruz, Skanska, el gasoducto del sur, las valijas con cocaína de Southern Wings, los subsidios en el transporte, para nombrar lo más conocido, no pueden achacarse a las administraciones anteriores. Estas corrupciones son propias de este tiempo, no de otros tiempos.



En materia corrupción, el pasado tiene fecha de vencimiento. La corrupción de hoy, que parece ser mucha, no tiene nada que ver con las anteriores, es propia del período actual.



El enemigo más temido, aquel que desvela a este gobierno, no es un político de la oposición, ni siquiera una denuncia por corrupción que involucre a algún ministro (o siempre al mismo); el terror lo genera el frío. Baja la temperatura y la crisis energética, esa que según De Vido no existe, estalla.



No alcanza el gas. Se le corta el suministro a las empresas para no cortarlo en las casas particulares. No sea cuestión que los votantes se malhumoren. El problema es que las industrias dejan de producir, el trabajo merma, la economía se resiente.



Se suspende la venta de GNC y la mayoría de los taxis funcionan con GNC. Hay cortes programados y rotativos de electricidad domiciliaria. La capacidad está colmada y no se ha puesto en marcha nada que la amplíe. Todo se debe a una brutal distorsión en el precio de las tarifas y a la incapacidad del gobierno para asumir costos políticos al respecto.




En los 4 años de mandato cumplido, esta administración no ha hecho nada para solucionar el tema energético, es más, ni siquiera ha reconocido el problema. Y si todavía medio país no ha muerto congelado, se debe a las cuantiosas inversiones que se hicieron en el sector, durante la década de los 90.



En materia energética, el pasado tiene fecha de vencimiento. Si falta gas, si falta electricidad, y faltan, la responsabilidad es propia de la actual administración.



El domingo próximo, 24 de junio, habrá balotaje en la ciudad de Buenos Aires. El 3 de junio pasado, la fórmula Macri/ Michetti, arrasó. Obtuvo una diferencia de 21,85% sobre la fórmula del gobierno, Filmus/ Heller. Hay que recordar que con el 21,7% de los votos, a nivel nacional, Kirchner llegó a la presidencia de la Nación.



Si este 24, Macri/ Michetti repiten la hazaña y se instalan en la Jefatura de Gobierno de la Ciudad, ¿a quién podrá culpar la administración Kirchner del fracaso del Frente para la Victoria? Menem dejó de ser presidente hace 8 años, De la Rúa hace 6, Duhalde hace 4. Ibarra fue votado en 2003, gracias a Kirchner. Después de Cromagnon fue sostenido por Kirchner, que ahora ha hecho campaña con y para Filmus/ Heller además de permitir que se les sumara Ibarra.



Si ganan Macri /Michetti, y todo indica que así será, va a ser imposible echarle la culpa a nadie que no sea el ciudadano que opta por algo diferente a lo que ofrece el gobierno. Ese ciudadano seguramente será acusado por el Presidente de “haberse equivocado”. Y esa acusación implica un gravísimo error político.



El pasado tiene fecha de vencimiento. El gobierno Nacional ya lo sabe. El 24 de junio de Usted depende. Si Usted vota futuro, dejará a los que viven del pasado, en el pasado.



P.D.: Por alguna curiosa razón que no puedo determinar, me encuentro tarareando “Los mareados”, el tango de Cobián y Cadícamo … “hoy vas a entrar en mi pasado…”



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