Plural...si piensan igual, por Malú Kikuchi
La plaza del 25 de Mayo de 2006 deja certezas e incertidumbres. Para el gobierno fue indiscutiblemente, un éxito. Llenar la plaza de Mayo a estas alturas es toda una hazaña.
Si se considera que un punto de “rating” televisivo equivale a 85.000 personas, y se mide sólo la Ciudad de Buenos Aires y el conurbano, arrear gente que puede ver el mismo acto cómodamente en sus casas por la televisión, es una hazaña. Llenar la plaza era un hecho simbólico y necesario para Kirchner. Gracias a la plaza ha podido superar el complejo de haber sido el Presidente menos votado de la historia Argentina.
El Presidente, de la plaza en más, tiene la certeza de ejercer todo el poder. Además, enfrente, no hay nadie. Es decir, opositores hay, lo que no hay es una oposición coherente, cohesionada, dispuesta a deponer individualismos para enfrentarlo. En el horizonte del Presidente, políticamente, no hay que esperar turbulencias. La plaza lo confirma.
La plaza se llenó. Sin chicanas, no importa si fueron 130.000 o 250.000 o los 500.000 del delirio de Martín Granosky, la plaza estaba repleta. La gente no fue por su cuenta, la espontaneidad estuvo ausente. El entusiasmo también. No fue la espontánea, entusiasta, explosiva, y antigubernamental plaza del 17 de octubre de 1945.
Esta vez se utilizó la necesidad de los compatriotas, y por unos pesos y unas bolsas de comida, se “los alquiló” (Becar Varela), se los arrastró en camiones, en micros, en trenes y subterráneos gratuitos. Pero fueron. Y llenaron la plaza. No lo hicieron para estrenar una fecha e instalarla en los libros de historia, esta plaza fue a horcajadas del nacimiento de la Patria, que el Presidente no recordó.¡Ni siquiera mencionó la plaza del 25 de Mayo de 1810! ¡La Plaza que le da el nombre a la Plaza!
Dijo el Presidente: “Y al final un día volvimos a la gloriosa Plaza de Mayo [...] Hace 33 años yo estaba ahí abajo, creyendo que un nuevo país comenzaba y en estos miles de rostros veo los rostros de los 30.000 compañeros desaparecidos [...]” El Presidente cita una cifra que no cuenta con ningún aval oficial, ni siquiera de este Gobierno. Salvo en el imaginario popular, los 30.000 desaparecidos son una cifra lanzada al mercado de los derechos humanos por Rodolfo Walch y levantada por “L´Humanité”, en Francia.
Ni en el “Nunca más”, que cita 8960 desaparecidos ni en la Secretaría de Derechos Humanos que hoy habla de unos 12.000, en ningún sitio oficial existe tal cifra. Una vez más, y no importa las que sean necesarias, aclaramos que nada justifica ni un solo desaparecido, es imperdonable por parte del Estado desaparecer personas, pero nada justifica tampoco el exagerar la cifra de los mismos. Además de los rostros de los “30.000 desaparecidos”, ¿no estaban también los rostros de los muertos por la subversión? ¿La plaza también discrimina o lo hace sólo el Presidente?
Dijo el Presidente: “Venimos a esta Plaza que es de los trabajadores, que es de Eva Perón y que es de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo [...]” Además, al pasar, cosa rara en el Presidente, nombró a Perón. Ahora que la transversalidad ha muerto, tiene que recostarse en el PJ tradicional, entre otras cosas, para llenar la plaza. Eso si, sin recordar que las personas que tuvieron el privilegio de ser invitadas a compartir la tarima con él, fueron, como él, echadas de esa misma plaza ... por Perón.
Dijo el Presidente: “Mi sueño es ayudar a construir una Argentina cada vez más plural [...]” Imposible no coincidir con el sueño del Presidente. El tema estriba en saber qué entiende el Presidente por “plural”. Sabemos que sabe lo que es un plural gramatical, por ejemplo, un voto, muchos votos.
La pregunta es si sabe que conceptualmente “plural” quiere decir: múltiple, que se presenta en más de un aspecto. Plural es una plaza y por lo tanto una Argentina, donde estén representados los piqueteros duros y los productores de carne, las FFAA y los radicales no cooptados, los ex Presidentes Menem, De la Rúa y Duhalde, los jubilados y los liberales, los conservadores y los del ARI, Patti y Alterini, los periodistas denostados por el Presidente y los familiares de los asesinados por los “idealistas muchachos” de los 70, López Murphy y Macri, y todos aquellos que creemos que es sagrado acatar la Constitución Nacional. Una Argentina plural debería incluir a TODOS los Argentinos.
En “6 ensayos”, página 18, en el discurso a sus 70 años (1969), dijo el P. Leonardo Castellani: “ No son la Patria los que actualmente y desde hace mucho tiempo mangonean el país a su gusto o a gusto del diablo. ¡La Patria son Ustedes!” Y se refería a los Argentinos, en plural.
El plural del Presidente, ¿incluye a los que no piensan igual?
Gentileza en exclusivo para NOTIAR
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