Detrás de las palabras, por Malú Kikuchi
¿Qué hay detrás de las palabras? ¿Qué esconden las palabras? ¿El que pronuncia las palabras y aquellos a los que les son destinadas, las entienden de la misma manera? Según el diccionario de la Real Academia, la palabra palabra, que tiene 118 acepciones, en su tercera acepción dice que “es la facultad de hablar”. Y hablar (42 acepciones), significa “proferir palabras, hacerse entender”. Pero como hablar viene del latín “fabulari”, encontramos que fabular tiene tres acepciones; 1º inventar cosas fabulosas; 2º imaginar tramas o argumento; 3º hablar.
Si hablar viene de fabular y se habla a través de las palabras, las palabras pueden esconder fábulas. Fábulas inventadas por aquellos que las dicen para confundir a las personas a las que se les habla. A veces las palabras pueden esconder hasta de si mismo, lo que piensa y, o, siente aquel que las pronuncia. Hablando de palabras, fábulas y discursos .....
Lunes 29 de Mayo 2006, el Ejército de la Patria cumple 196 años. Se festeja el cumpleaños en el Colegio Militar de la Nación, con la presencia, como corresponde, del Presidente de la República. Las relaciones entre el Presidente y el Ejército no parecen estar pasando por su mejor momento.
Desde la plaza del 24 de Mayo donde se honró a los muertos por la subversión, cuestión de recordar a todas las víctimas de la guerra civil que sufriera la Argentina durante la década de los 70, la situación con respecto al Ejército se tensó. Insistimos una vez más, nada justifica la desaparición de personas ni las aberraciones que hubieran podido cometerse desde el estado, pero de ahí a negar los muertos sacrificados por el terrorismo en nombre de una ideología marxista importada desde Cuba, hay una fenomenal distorsión de la historia.
La plaza del 24 de Mayo rescató a los otros muertos, esos que asesinaron “los idealistas muchachos” que reivindica el Presidente. Varios oficiales en actividad fueron duramente castigados por haber acudido a la plaza. Oficiales retirados tuvieron que explicar su presencia en la plaza por haber ido usando el uniforme.
El clima del festejo en el día del Ejército, no era el mejor. Desde un palco vecino al presidencial, un grupo de mujeres increpó al Presidente, en su mayoría madres de chicos liceístas que temían quedarse sin colegios para sus hijos. Se oyeron gritos de “hipócrita” y “miserable” y a Cecilia Pando gritar “eso no fue así” refiriéndose a la plaza del 24. La reacción del Presidente no se hizo esperar.
Micrófono en mano, dividió al Ejército en buenos y malos. Un grupo de oficiales de alta graduación rompió filas y se retiró de la vista del Presidente. Kirchner, interpretando a Fabián Gianola en el viejo TVR dijo: “no le tengo miedo, no les tengo miedo”. ¿Cómo puede el Presidente tenerle miedo a un Ejército desarmado, mal pago, diezmado por las críticas, permanentemente avergonzado, perseguido judicialmente, humillado, sometido en el peor sentido de la palabra?
Este es, además, un Ejército supeditado al poder civil como lo indica la Constitución Nacional. Las FFAA forman parte del estado, de la misma manera que la cancillería o el ministerio de salud o el de educación. Mal se les puede tener miedo. La conocida frase de Gianola, ¿estaba dirigida a los miembros del Ejército o se las decía a si mismo? Dilemas que generan las palabras y las fábulas que derivan del hablar.
El Presidente de la Nación está acostumbrado a manejar la agenda política del país. Establece los modos y los tiempos. Después de “su” plaza del 25, prohibió a su tropa de empleados que se hablara, se nombrara, o siquiera se sugiriera el tema de la reelección. “Es tiempo de gestión, no de elección”.
La política está en orden, no hay adversarios con posibilidades reales en el horizonte, no toquemos el tema de la re. La gente puede irritarse si se habla de elecciones 7 meses después de las legislativas y 17 meses antes de las presidenciales. Tiene razón, cansa vivir de, por y para las próximas elecciones.
Hay que aclarar que el Presidente tiene derecho, es legal, legítimo y constitucional pretender ser reelecto luego de sus primeros 4 años de gobierno. La decisión de presentarse como candidato le pertenece, y la de elegirlo o no, le pertenece al pueblo.
De pronto, en ese cielo sin nubes de la situación política argentina desde el punto de vista del Presidente, aparece un nubarrón peligroso y complicado: Roberto Lavagna. El ex ministro de Duhalde y Kirchner siente que tiene derecho a reclamar la paternidad de la recuperación económica del país. ¿Cómo hace el gobierno al que perteneció Lavagna hasta hace unos meses para criticarlo, si hasta ayer era tropa propia? Difícil.
Para empeorar la situación a Lavagna parecen respaldarlo no sólo los peronistas (los históricos que no se pasan al Frente para la Victoria) sino también la UCR, la de Alfonsín y la de Iglesias. Lavagna no habla de candidaturas, la gente se las adjudica. Lo que no dicen las palabras, se impone. Y el Presidente ya no maneja la agenda. Alguien ha interrumpido en su cielo despejado y tranquilo. Tiene, o por lo menos siente que tiene que hablar de elecciones.
Rawson, Chubut, 2 de junio, de una manera desordenada, improvisando, con ese modo sanguíneo que tiene para comunicarse cuando algo lo molesta (¡y se molesta con casi todo y casi todos!), aclara y al aclarar, oscurece.
“El candidato oficialista a la presidencia (2007) será pingüino o pingüina”.
Queda claro que la decisión de quién va a ser el candidato o la candidata por el oficialismo, la toma el Presidente. Donde oscurece es si va a ser él, o su mujer, o quizás su hermana, descartando a la madre por ser chilena de nacimiento y a la hija por ser menor. ¿Quiso decir lo que dijo el Presidente?
Si lo hizo, ¿quiso asustarnos con la posible candidatura de la Senadora Cristina Fernández, con fama de jacobina? ¿Quiso tranquilizarnos aclarando que la pareja presidencial seguirá usando la presidencia como un bien ganancial? ¿Le habrá prometido a la Senadora la candidatura a cambio de paz conyugal? ¿Qué quiso decir el Presidente? ¿Se escondió detrás de las palabras o se mostró a través de las palabras? Dilemas que generan las palabras y fábulas que derivan del hablar.
¿Palabras que revelan o palabras que esconden? Habrá que esperar hasta el 2007 para saber.
Gentileza en exclusivo para NOTIAR
1 Comments:
por mucho que el gobierno hable, la realidad no puede ser tapada ,sabemos los argentinos de que manera llego este politico a la presidencia,sabemos quien fue y quien es.vemos todos los dias sus disputas,sus rencores su extraño modo de conducirse.sabemos de su ambicion y de su odio,vemos su afan de dividir para ganar poder...
vemos la pobreza,los cartoneros,la droga,la falta de educacion,el mal trato a los ancianos,debemos esperar,no podemos permitirnos que se transforme en un chavez luego de una revolución que le de poder .por nuestros hijos tendremos que saber elegir y no permitir que estos deshonestos sigan destruyendo a la argentina.
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